martes, 24 de noviembre de 2009

Despertar


La mente de Rissuka fue apartando poco a poco la negrura que ocupaba su mente, dando lugar a un intenso dolor muscular. ¿Qué ocurría?¿Por qué le dolía todo? Entonces los sucesos comenzaron a tomar forma en su mente, con una palabra le bastaba para recordarlo todo: Destierro. Había sido desterrada de la Ciudad de las Nubes por aquel maldito neutral y el asqueroso de Sinnur. Ahora era una… humana… con sentimientos, sueño, hambre,… Muchas cosas que no había soñado experimentar el resto de su vida tan solo cuando fuese a introducirse en un ser vivo para causar su muerte. No esperaba que todo hubiese sido tan.. Rápido .
Le dolían los brazos y la cabeza le daba vueltas. Logró identificar que se encontraba tumbada sobre alguna cama o algún sitio mullido, pero aún así tenía las piernas entumecidas. Oyó un ligero movimiento a su derecha como el de cuando alguien se acomoda en un asiento o cambia de postura. También escuchó un pitido continuo que se volvió más rápido a medida que iba despertándose. Sintió que tenía algo molesto que le atravesaba la garganta y no la dejaba respirar demasiado bien. Entonces Rissuka decidió que ese era el momento para afrontar su nueva vida y abrir los ojos para comenzar una forma de vivir con una nueva identidad, y una… familia…


Rissuka levantó lentamente los párpados y una fuerte luz fluorescente dañó sus pupilas por lo que decidió cerrarlos. Oyó otro movimiento a su lado pero esta vez más brusco y más cerca suya. Cuando notó que el peso de la cama, cerca de su rodilla, cedía.

Alguien se había sentado a su lado.

Rissuka para no enfocar de nuevo los ojos hacia los focos de luz giró la cabeza hacia la derecha notando que había una almohada bajo su cabeza dolorida y su cuello dormido. Sonrió irónicamente al recordar las preguntas que le había formulado a su amigo Scarlight hacía tan solo una hora… ¿o tal vez hubiese pasado más tiempo? Una ola de dudas asaltó la mente de Rissuka ¿Cuánto tiempo llevaría esa humana durmiendo?, o mejor dicho ¿Cuánto tiempo llevaba, ella, durmiendo?Eso ya no importaba.

Tenía que abrir los ojos de una vez y averiguar en qué lugar se encontraba, cómo era su nuevo cuerpo, su nueva vida…

Con la cabeza apoyada en la almohada por fin abrió los ojos. En primer plano vio la almohada blanca sobre la cama, también de sábanas blancas, fijó la vista en los objetos que había más allá de su cama: un extraño artilugio de metal que parecía un perchero del que colgaba una bolsa de líquido transparente, de la cual salía un pequeño tubito que conducía ese líquido a alguna parte que Rissuka todavía no había averiguado. También vio una mesita de color blanco en la que había multitud de ramos de flores y tarjetas, y por último una pared también blanca en la que había una ventana por la que Rissuka pudo ver el cielo nocturno mientras los rayos de luna se filtraban en la habitación e la que estaba y bañaba con su luz la cama en la que se encontraba. Dejó que sus ojos se habituasen a la luz que entraba y poco a poco fue girando la cabeza para girar la cabeza hacia su izquierda donde estaba la persona que se había sentado a su lado. El cuello le dolía al moverlo como si hubiese permanecido inmóvil durante un largo periodo de tiempo.


Y por fin vio a su acompañante. Rissuka la examinó con la mirada. Era una mujer, Rissuka no sabía cuantos años tendría porque el metabolismo de los humanos era más rápido. A la chica se le caían gotas de agua de los ojos, Scarlight le había dicho que eso era llorar. La mujer estaba llorando,..¿ pero por qué? Eso era algo que Rissuka no lograba comprender. Poseía una melena corta de color rubio, lisa y bastante despeinada. Tenía los ojos hinchados y enrojecidos de haber llorado. Su nariz era larga y respingona y sus ojos pequeños y oscuros denotaban gran tristeza en su interior. Su piel era de color canela y sus labios rosáceos sin pintar resaltaban en sobre ella al igual que las ojeras que enmarcaban esos pequeños ojos y los hacía más insignificantes.


Rissuka se sintió muy mal por la mujer, no le gustaba ver a la gente así de triste y mucho menos llorar, cosa que no había visto nunca. En ese momento estaba asustada porque no sabía donde estaba ni quien era esa mujer, triste porque los sentimientos que le transmitía el llanto de la mujer y sola, muy sola porque no conocía la sociedad humana lo suficiente para saber qué decir o hacer en cada situación. Como por ejemplo en esa.


La mujer miró a Rissuka y lloró con más fuerza mientras se acercaba a Rissuka y la abrazaba con fuerza. Riss se sorprendió y abrió los ojos como platos e intentó alejarse de ella pero no podía, los brazos le pesaban demasiado como para poder incorporarse así que se dejó abrazar aunque estuviese asustada, ya que los ángeles no eran muy dados al contacto físico.