lunes, 30 de noviembre de 2009

Felicidad.... y engaño



-Dani tan simpático como siempre-dijo cerrando la tarjeta-. Las demás son tarjetas aburridas de la tía Susan, la tía Dorothy… pero por aquí había una de la prima Taylor…-dijo revolviendo las tarjetas hasta encontrar una de color rosa-.¡Esta es!-dijo abriendo la tarjeta en la que venían un montón de fotos de Summer, Jesse y la que suponía que era su prima Taylor. Una chica rubia y de grandes ojos verdes, con pecas sobre la nariz y piel clara-.Esta es mi foto favorita-dijo riéndose y señalando una foto de una niña pequeña con un traje de animadora y unos pompones azules y rojos. Con dos coletas altas y salía sonriendo. Debajo de la foto ponía: “ Summer en su primera competición de animadoras. Por suerte estuve allí para ver como te caías de culo al subirte en la cima de la pirámide”. Cada foto tenía una frase escrita debajo y todas se referían a algún momento de la vida de Summer. Rissuka se rió.

-¿Cuántos años tenía ahí?-intentó preguntar pero la voz se le quebraba.

- Seis años. Fue buenísima la caída, y Taylor la grabó, para recordarla- decía Jesse mientras seguía riéndose.

Rissuka sonrió, Jesse le recordaba mucho a Scarlight. Para no seguir pensando en su amigo, decidió preguntar qué era lo que le había ocurrido al cuerpo de Summer para que entrase en coma.

-Jesse ¿qué fue lo que me pasó?- preguntó a duras penas debido a la sonda naso gástrica, también a la falta de saliva y el tiempo que llevaba sin hablar el cuerpo de Summer.

-¿No te acuerdas?- preguntó él algo incrédulo. Esperaba que Summer se acordase por lo menos de los minutos transcurridos antes del incidente. Rissuka negó con la cabeza por lo que Jesse decidió hablar-.Pues peleaste con papá y saliste dando un portazo de casa,…- Jesse no pudo terminar la historia porque entró un hombre alto de pelo castaño y ojos azules y fue a abrazar a Summer.

-¡Hija!-dijo aquel hombre mientras abrazaba a Rissuka, que se había sorprendido y además estaba un poco mosqueada porque sabía que no iba a terminar de contar la historia delante de su padre.

-Ey, James-dijo Jesse mientras se sentaba en una silla y miraba a su padre- que estaba hablando yo…




jueves, 26 de noviembre de 2009

Explicaciones, algunas necesarias, otras podrías ahorrártelas



-Jesse-susurró ella con voz ronca y áspera.

Jesse se rió:


-No hables, lo ha dicho el doctor-le advirtió él-. Tía tenías que verte mientras dormías te tenían que dar de comer por la nariz.. Recuérdame que no deje que vuelvas a salir a la calle-se rió.


¿Nariz?¿Para eso servía el tubo que había dentro de ella?… "¡Bluagh! Pues que asco", pensó Rissuka y le sonrió a su nuevo hermano.

-¿Has visto todo lo que te han dejado las locas de tus amigas?-le preguntó enseñándole todas las tarjetas y dejándolas sobre la cama de su hermana y sentándose en ella para leerle todas las tarjetas-. Sum lo siento pero las cajas de bombones que dejaban me las comí yo, daba pena ver al chocolate echarse a perder-dijo. Se encogió de hombros y cogió una tarjeta y una foto pasándole la foto a su hermana-. Esa foto os la eché yo.


Rissuka cogió la foto y la observó. En ella aparecía un grupo de chicas haciendo el pino en el parque y riéndose: una rubia, una de pelo castaño y dos pelirrojas que eran iguales solo que cada una llevaba el flequillo de un modo diferente. Llevaba el nombre de cada una por detrás de la foto, Rissuka leyó de forma rápida y volvió a mirar la foto.


- Carol-susurró Rissuka señalando a la chica rubia-.Yo…-dijo viendo su nuevo cuerpo por fin entero, aunque no se veía demasiado bien. Lo que sabía es que su pelo no era rubio como el de Jesse sino de color castaño, su piel era como la de Julia y los ojos eran azules grisáceos. Continuó aprendiéndose el nombre de sus nuevas amigas-. Izzy-dijo al pasar el dedo sobre una de las gemelas que tenía el pelo largo y con flequillo al lado-. Abbie -concluyó pasando el dedo por la otra chica pelirroja pero de pelo largo y flequillo recto y sonrió satisfactoriamente.

Jesse sonrió al ver que su hermana estaba contenta y comenzó a leer la tarjeta que le habían escrito sus amigas:



-“Summy como no despiertes pronto vamos a tener que ir de compras sin ti y sabemos que si vamos sin ti de compras tu ira recaerá sobre nosotras. Shinny esperamos que despiertes pronto en serio porque sino ¿Quién me ayudará en álgebra? Y lo más importante de todo ¿a quien torturaré con mis historias sobre chicos?

Mil y un besos tu querida Caroline, te quiero mucho S.L.S!!!”



-Esa chica no cambia, sigue igual que siempre-se rió-. A ver que es lo que te dice Isabelle:


-“¿Ves? Esto esta afectando demasiado a Carol ya no dice siquiera cosas en serio… Bueno en realidad nunca las ha dicho. Shinny te echamos muchísimo de menos. Espero que cuando despiertes leas nuestra tarjeta y que cuando puedas tener visitas o regreses a casa nos llames.¡Despierta pronto bella durmiente!

By: Izzy"

-Tendrás que llamarlas cuando puedas porque sino las vas a tener muy preocupadas. Izzy parece más cuerda que Caroline escribiendo. Aunque solo lo parece ,las dos están igual de mal de la cabeza ¿o no?-le preguntó a su hermana.Rissuka no sabía que decir así que asintió con la cabeza dándole la razón a su hermano y dejó que terminase de leer la carta:

-“Y dice mi hermana que Carol está mal… Está claro que vas a despertarte lo tengo por seguro. Porque no podemos dejar en el olvido nuestras escapadas a Central Park para sentarnos y ver culos. ¡Eso es tradición! pero sin ti no es divertido. Por cierto noticia de última hora :¡Shane está saliendo con Virginia! Me parece que el pobrecito ha caído por fin en sus trampas… que pena .Despiértate pronto que tenemos que salir a correr por las mañanas tu y yo.

Besos de Abbigail Lohan"
-Así que escapadas a central Park.. Eso no me lo habías dicho Summy…- se rió-.Tranquila no pienso contarle nada de eso a papá.¿Leemos más cartas?-preguntó y su hermana asintió con la cabeza-. A ver…. Esta. Daniel, el hermano de Carol. No sabía que él hubiese venido a verte- dijo cogiendo una nota que venía con un ramo de flores algo extrañado y comenzó a leer:

“Summer el sueño que estés teniendo tiene que ser bien bonito ¡porque no despiertas ni a la de tres! Tienes a mi hermana loca, te echa mucho de menos. Y yo espero que despiertes pronto porque aún tenemos que jugar una revancha a la Wii en boxeo. Que esa victoria no fue justa. Por cierto no solo es mi hermana la que está histérica, tendrías que ver a tu hermano.Besos ¡ renacuaja !

Por:: Dani"

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Donde todo termina, todo empieza de nuevo


La mujer miró con ojos incrédulos a Rissuka como si aún no se creyese lo que estaba ocurriendo en esa pequeña habitación y le dijo entre sollozos:

-Summy… tranquila no pasa nada yo estoy aquí contigo, mamá está aquí-susurraba mientras acariciaba el pelo de su hija.

¿Summy?¿Madre?¿Esa era su nueva identidad: ¿Summy? Le gustaba ese nombre. Pero… ¿qué tenía que decirle a esa mujer que decía ser su madre? Ella no había tenido madre y no sabía como se trataban. Se dejó abrazar por esa mujer, que hablaba en inglés americano, y frunció el ceño mientras observaba sus ojos cafés. Tragó saliva y la notó bajar por su garganta seca y le comenzó a picar. Sentía una especie de tubo por dentro de su cuerpo y también una vía respiratoria en su nariz.

-Soy yo… Mamá-volvió a decir la mujer-Julia-.Sonrió tristemente mientras acercaba la mano para acariciar la mejilla de su hija y luego pulsó un botón que había en el cabecero de la cama para llamar a una enfermera.

Rissuka se dejó acariciar por la mujer y bajó la mirada a la mano de esta. La mano caliente y suave de la mujer al rozar su mejilla la hizo sonreír, ya que era un gesto tierno y para nada triste. La mujer también sonrió. En aquel momento notó una pequeña tensión en su muñeca derecha y levantó el brazo. Fue entonces cuando vio un fino tubo que llegaba hasta su muñeca y se unía a su piel por un esparadrapo blanco. Levantó la mano izquierda a duras penas ya que parecía no querer doblarse. Rissuka fue a tirar del tubo para deshacerse de él pero una mano la cogió por la muñeca. Rissuka levantó la mirada y vio a un hombre mayor que Julia con el pelo blanco y de mirada seria pero a la vez sorprendido.

-No hagas eso, Summer-le dijo, moviendo la mano de Rissuka hasta dejarla sobre la camilla, de nuevo-. Es… increíble. Soy el doctor Thompson-le dijo a Rissuka mientras ella lo miraba extrañada.

Rissuka intentó recordar lo que eran los médicos o doctores… Eran las personas que curaban a los humanos, en unos sitios llamados hospitales. Porque los humanos no podían hacer círculos curativos.

Rissuka se llevó mano hacia la garganta donde notaba un poco de presión en su interior, pero esto comenzaba desde la nariz. Deslizó la mano lentamente sobre su rostro y notó que encima del labio había un fino tubo, su instinto le decía que se deshiciese de él. Fue a tirar de él y de nuevo la mano del doctor la detuvo y volvió a ocurrir lo mismo que antes.

-Parece que no te gustan los tubos- dijo el doctor Thompson en broma.

-Doctor,¿ usted cree que dentro de poco podrá estar en casa?-preguntó Julia.Se notaba que quería estar con su hija cuanto antes, regresar a la vida que llevaban en el pasado. Que todo volviese a la normalidad. Aunque sabía que eso no ocurriría, que nada volvería a ser como antes por mucho que lo intentase.

- Depende de cómo se desarrolle la rehabilitación- dijo mientras sacaba una pequeña linterna del bolsillo de su bata blanca y la encendía-.Summer sigue la luz-dijo mientras movía la linterna.Rissuka no entendía para qué era eso pero si quería salir de allí tendría que seguir la lucecita con la mirada. El doctor apagó la linterna satisfecho y le dijo a Julia:

-Tenía que haberme llamado en cuanto se despertó ¿cuánto tiempo lleva consciente?Julia bajó la cabeza e intentó recordar:

-Unos pocos minutos, lo avisé a los dos minutos de que hubiese despertado. Fue tan repentino… las pulsaciones estaban al mismo ritmo de siempre y de repente despertó y las pulsaciones se hicieron más continuas.

-Entiendo, ¿la ha reconocido?¿sabe lo que ocurrió?

-No se lo he preguntado… No quería ponerla más nerviosa de lo que estaba-contestó Julia.

-Bien. Ha hecho bien en no atosigarla con preguntas, de todas formas no habría podido hablar demasiado lleva aún la sonda naso gástrica. Si quiere vaya a dormir a casa o, ¿se va ha quedar otra noche aquí?- preguntó el médico intuyendo la respuesta.

-Me quedaré aquí.

-Debería llamar a su familia para informarle a su marido de lo que ha ocurrido aunque pídale que no venga, no queremos molestarla demasiado. Necesita recordar.

-Entiendo-dijo Julia

Rissuka se volvió a relajar sobre la cama mientras oía la conversación del doctor y su nueva madre, no sabía por qué pero todo el cuerpo le pesaba y le era extraño realizar cualquier movimiento. Miró la puerta de la habitación, una puerta resistente y blanca que en ese momento se encontraba abierta. Apoyó la cabeza en la almohada, cerró los ojos y suspiró todo le daba vueltas. Oyó unos pasos pesados sobre el suelo marmóreo que se acercaban a su cama.

-Mamá, papá dice que vayas a casa que ya me quedo yo-dijo una voz masculina-.Hola doctor Thompson.

-Buenas noches Jesse- devolvió el saludo

-No, tranquilo, Jesse, Summer ha despertado -sonrió Julia y Jesse se quedó en silencio pensando que era otra vez el sueño que se repetía por las noches en la mente de su madre.

-¿De veras?-preguntó Jesse al doctor.

Rissuka supuso que el doctor había asentido con la cabeza porque no oyó respuesta. Y sintió aquellos pasos que se arrastraban más cerca suya.

-Y… ¿está despierta?-preguntó Jesse a su madre y el doctor.

-Sí pero no conviene hacerla hablar ¿entendido? Mientras, señora Stewart ¿podríamos hablar en el pasillo?, Jesse si ves algo extraño avísame-dijo el doctor Thompson mientras salía de la habitación con Julia y, Jesse se acercaba más a la camilla.


Jesse,… así se llamaba aquel chico, y sería su… ¿primo? No… se llamaba de otra forma. Se lo había explicado Scarlight eran…¿abuelos?... No… ¡hermanos! Rissuka abrió los ojos para ver como era.

Jesse que la estaba mirando en ese momento cruzó la mirada con la de su hermana y se sorprendió de que por fin hubiese despertado. Él era uno de los que la había dado por perdida.


-¡Shinny!-exclamó y abrazó a su hermana-.¡Renacuaja estás despierta!-dijo mientras le alborotaba el pelo a Rissuka.

Rissuka lo abrazó con mucho trabajo al levantar los brazos y vio que tenía el pelo como su madre de color rubio y también bastante desordenado con mucha gomina. Su piel era de color claro y sus ojos de color azul muy intenso, nada que ver con los de Julia. Vestía una camiseta ancha de color gris, unos vaqueros anchos y muy bajos con unas deportivas anchas de color negro.


No había entendido por qué la había llamado Shinny, ¿su nombre no era Summer? Bueno daba igual. Seguro que era alguna forma cariñosa de llamarla.

martes, 24 de noviembre de 2009

Despertar


La mente de Rissuka fue apartando poco a poco la negrura que ocupaba su mente, dando lugar a un intenso dolor muscular. ¿Qué ocurría?¿Por qué le dolía todo? Entonces los sucesos comenzaron a tomar forma en su mente, con una palabra le bastaba para recordarlo todo: Destierro. Había sido desterrada de la Ciudad de las Nubes por aquel maldito neutral y el asqueroso de Sinnur. Ahora era una… humana… con sentimientos, sueño, hambre,… Muchas cosas que no había soñado experimentar el resto de su vida tan solo cuando fuese a introducirse en un ser vivo para causar su muerte. No esperaba que todo hubiese sido tan.. Rápido .
Le dolían los brazos y la cabeza le daba vueltas. Logró identificar que se encontraba tumbada sobre alguna cama o algún sitio mullido, pero aún así tenía las piernas entumecidas. Oyó un ligero movimiento a su derecha como el de cuando alguien se acomoda en un asiento o cambia de postura. También escuchó un pitido continuo que se volvió más rápido a medida que iba despertándose. Sintió que tenía algo molesto que le atravesaba la garganta y no la dejaba respirar demasiado bien. Entonces Rissuka decidió que ese era el momento para afrontar su nueva vida y abrir los ojos para comenzar una forma de vivir con una nueva identidad, y una… familia…


Rissuka levantó lentamente los párpados y una fuerte luz fluorescente dañó sus pupilas por lo que decidió cerrarlos. Oyó otro movimiento a su lado pero esta vez más brusco y más cerca suya. Cuando notó que el peso de la cama, cerca de su rodilla, cedía.

Alguien se había sentado a su lado.

Rissuka para no enfocar de nuevo los ojos hacia los focos de luz giró la cabeza hacia la derecha notando que había una almohada bajo su cabeza dolorida y su cuello dormido. Sonrió irónicamente al recordar las preguntas que le había formulado a su amigo Scarlight hacía tan solo una hora… ¿o tal vez hubiese pasado más tiempo? Una ola de dudas asaltó la mente de Rissuka ¿Cuánto tiempo llevaría esa humana durmiendo?, o mejor dicho ¿Cuánto tiempo llevaba, ella, durmiendo?Eso ya no importaba.

Tenía que abrir los ojos de una vez y averiguar en qué lugar se encontraba, cómo era su nuevo cuerpo, su nueva vida…

Con la cabeza apoyada en la almohada por fin abrió los ojos. En primer plano vio la almohada blanca sobre la cama, también de sábanas blancas, fijó la vista en los objetos que había más allá de su cama: un extraño artilugio de metal que parecía un perchero del que colgaba una bolsa de líquido transparente, de la cual salía un pequeño tubito que conducía ese líquido a alguna parte que Rissuka todavía no había averiguado. También vio una mesita de color blanco en la que había multitud de ramos de flores y tarjetas, y por último una pared también blanca en la que había una ventana por la que Rissuka pudo ver el cielo nocturno mientras los rayos de luna se filtraban en la habitación e la que estaba y bañaba con su luz la cama en la que se encontraba. Dejó que sus ojos se habituasen a la luz que entraba y poco a poco fue girando la cabeza para girar la cabeza hacia su izquierda donde estaba la persona que se había sentado a su lado. El cuello le dolía al moverlo como si hubiese permanecido inmóvil durante un largo periodo de tiempo.


Y por fin vio a su acompañante. Rissuka la examinó con la mirada. Era una mujer, Rissuka no sabía cuantos años tendría porque el metabolismo de los humanos era más rápido. A la chica se le caían gotas de agua de los ojos, Scarlight le había dicho que eso era llorar. La mujer estaba llorando,..¿ pero por qué? Eso era algo que Rissuka no lograba comprender. Poseía una melena corta de color rubio, lisa y bastante despeinada. Tenía los ojos hinchados y enrojecidos de haber llorado. Su nariz era larga y respingona y sus ojos pequeños y oscuros denotaban gran tristeza en su interior. Su piel era de color canela y sus labios rosáceos sin pintar resaltaban en sobre ella al igual que las ojeras que enmarcaban esos pequeños ojos y los hacía más insignificantes.


Rissuka se sintió muy mal por la mujer, no le gustaba ver a la gente así de triste y mucho menos llorar, cosa que no había visto nunca. En ese momento estaba asustada porque no sabía donde estaba ni quien era esa mujer, triste porque los sentimientos que le transmitía el llanto de la mujer y sola, muy sola porque no conocía la sociedad humana lo suficiente para saber qué decir o hacer en cada situación. Como por ejemplo en esa.


La mujer miró a Rissuka y lloró con más fuerza mientras se acercaba a Rissuka y la abrazaba con fuerza. Riss se sorprendió y abrió los ojos como platos e intentó alejarse de ella pero no podía, los brazos le pesaban demasiado como para poder incorporarse así que se dejó abrazar aunque estuviese asustada, ya que los ángeles no eran muy dados al contacto físico.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Veredicto


Oyó el murmullo de algunos ángeles del consejo pero esta vez eran de mutuo acuerdo, de alegría creyó Rissuka. En cuanto se desenvolvió de sus alas vio a Sinnur con una sonrisa pintada en la cara. Eso era raro, muy raro en él. Y vio a Goriel con una expresión de cierta tristeza.

Rissuka sintió que aquella reunión del consejo la iba a perjudicar, y mucho, teniendo en cuenta que Sinnur estaba sonriendo. Nuestra pequeña e inocente protagonista sonrió tímidamente a Goriel queriendo creer que todo iba a acabar bien en esa reunión. Entonces él habló con su voz profunda comenzando su discurso:

-He de anunciar que debido a sus errores el veredicto de este consejo sería más severo si no se debiese a su escasa edad. Aún así no debe tomar su castigo a la ligera.

Rissuka asintió con la cabeza a Goriel y se comenzó a poner nerviosa, su sangre fluía rápida por sus venas debido al bombeo rápido del corazón. Quería saber que era lo que le iba a suceder cuando saliese de aquella maldita sala en la que estaba rodeada por los ángeles mayores, controlada y observada.

-Hemos sometido su sentencia a votación, debido al desacuerdo en el consejo-continuó Goriel-.Pero finalmente el consejo ha decidido que debéis llevar a cabo vuestro castigo en la Tierra…


Rissuka frunció el ceño extrañada.¿En la Tierra?¿Pero si ella ya trabajaba en la Tierra? No lo entendía.

-…con forma humana. Y no podrá regresar a nuestra sociedad-terminó de decir Goriel.

A Rissuka se le cayó el alma al suelo…¿ser humana para siempre?…Se sorprendió, ¿Goriel había dicho eso?

Scarlight se había equivocado en todo… Rissuka tragó saliva:

-¿Ahora… mismo?-preguntó con la voz cortada.

-Cuanto antes mejor-dijo Sinnur.-Sí Rissuka- contestó Goriel fulminando a Sinnur con una mirada-. Y quiero pedir que no hagas esto más difícil de lo que es.

-No señor, por supuesto que no-comentó ella.

No se despediría de Scarlight, eso ¿sería bueno o malo? Si se despedía de él acabarían muy tristes los dos y sino, la que acabaría triste sería solamente ella… no quería hacérselo pasar mal a su amigo.

-Por favor abandonen la sala-ordenó Goriel a los demás ángeles-.La sentencia ya está dictada. Ustedes ya han realizado su cometido.

Todos marchaban, no sin antes lanzar una mirada a Rissuka. Sinnur salió el último de la sala lanzando maldiciones por lo bajo, le hubiera gustado ver desaparecer al pequeño ángel causante de problemas.

Cuando Goriel y Rissuka estuvieron solos en la sala el ángel mayor habló a Rissuka:

-Sé que esto no es fácil para ninguno de los dos. Pero allí en la Tierra podrás concienciar a algunos de esos humanos y ayudarnos a nosotros. Piensa que siendo una de ellos podrás ayudar a reestablecer el equilibrio.

Rissuka esbozó una sonrisa triste y levantó la cabeza mirando a Goriel. Eso le gustaría.

-Claro, ayudaré-suspiró-. Tengo una pregunta…¿Me dolerá?

Goriel se comenzó a reír como si Rissuka hubiese dicho una tontería y contestó:

-No por supuesto que no. Disfrutarás del primer sueño de tu nueva vida.

¿Sueño?¿Había dicho sueño? Los ángeles no dormían pero al entrar en algunos seres vivos si había experimentado lo que era… y le gustaba mucho porque imaginaban cosas, en el caso de los humanos, los otros animales simplemente descansaban y se sentían mejor al despertar.Sí. Rissuka quería volver a dormir.

-Por favor… hágalo ya-dijo Rissuka intentando no imaginar todo lo que dejaba atrás.

-De acuerdo-dijo Goriel posando una mano sobre la cabeza de Rissuka.

El único con poder a hacer lo que iba a llevar a cabo Goriel era el ángel jefe, por decirlo de alguna forma.

Rissuka cerró los ojos intentando relajarse mientras Goriel pronunciaba una retahíla de frases en idioma angélico de forma rápida y eficaz. Ya que el cuerpo de Rissuka comenzaba a brillar con intensidad a medida que sus moléculas se iban separando y hacían desaparecer su cuerpo y tele transportaban su alma a un cuerpo humano que ya había elegido Goriel con anterioridad.


Entonces Rissuka se dejó llevar por la nada que invadía su mente y la abrazaba con sus brazos negros y tiernos induciéndola en un sueño profundo. Del que cuando despertara, ya no sería ella misma. Sería una humana que viviría unos setenta años y que necesitaba que los demás la cuidasen. Cuando la nada la envolvió, en su totalidad, ya no hubo ninguna cosa en la que pensar. Fue todo oscuro y sin sentido. Un mar negro y perdido.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Preguntas


Rissuka apareció en la biblioteca de la Ciudad de las Nubes donde estaba segura de que encontraría a su amigo, Scarlight. Era un centinela y él y Rissuka habían crecido juntos, habían nacido en la misma nube y fueron creados en el mismo segundo. Cada gota de agua de una nube es un ángel que nace, dependiendo de la forma en que se evapore o regrese a la nube será un tipo de ángel: retráctil, buscador o centinela. Scar y Riss habían caído juntos hasta un pajar en una granja de Tennessee, solo que Riss se evaporó durante la caída y Scar fue absorbido por el suelo. Cuando las gotas desaparecen de la Tierra, llegan en forma de vapor todas a una misma nube donde se divide a los ángeles en sus diferentes grupos y se les enseña su trabajo, los ángeles no poseen infancia nacen con dieciocho años en apariencia “humana” su metabolismo es más lento y por eso parece que no envejecen, pero aún así con el paso del tiempo ellos se hacen mayores y más sabios.Algunas gotas no llegan a las nubes para convertirse en ángeles, sino que acaban en ríos y mares y una vez que caen en ellos aunque se evaporen no se convertirán en ángeles. Rissuka y Scar habían pasado sus cortos doscientos treinta y siete años de vida juntos en sus ratos libres, y no tan libres. Scar se pasaba encerrado en la biblioteca casi todo el día por lo que Rissuka se acostumbraba a verlo leer y escucharlo cuando hablaba de algún tema que le gustase como las plantas y los humanos.

Los nombres de los ángeles no los pone nadie. El ángel nace sabiendo su nombre. No le preguntéis por qué, pues no sabría contestar, pero entiende que su nombre es el que dice y no lo cambiarían por nada del mundo. No existen dos ángeles con el mismo nombre, pero en el momento en el que muere un ángel y en ese momento nace un nuevo ángel, ese ángel se llamará como el recién fallecido.

La función de los centinelas era la de controlar el equilibrio de la naturaleza por eso ellos también eran como una especie de buscadores, algunos se encargaban de decir qué especies faltaban o sobraban y cuales había que exterminar de inmediato porque estaban destruyendo el planeta. Otros centinelas eran encomendados a cuidar o ayudar a ciertos humanos que andaban algo perdidos en el universo,.. Pero no eran demasiados en este trabajo, y Scarlight era uno de los pocos valientes que se dedicaban a ese oficio aunque, aún no había sentido la llamada de ningún humano, ya que era un humano el que llamaba a un centinela sin saberlo para pedir ayuda, en un momento muy difícil.

Rissuka avanzó con vuelo ligero hasta Scarlight. Ahora que lo pensaba ¿por qué no había volado hasta la biblioteca en vez de desaparecerse? Tenía demasiadas ganas de salir de allí como para pensar que sus alas le servirían en esa situación. Riss sacudió la cabeza dejando a un lado esos pensamientos ahora tenía que hablar con Scar y contarle lo que había sucedido. Posó sus pies descalzos sobre el blando suelo y se sentó en una silla en frente de Scarlight que estaba leyendo un libro de plantas curativas en ese momento. Cuando notó el movimiento de la silla que había delante suya levantó la vista del libro y miró a Rissuka dirigiéndole una sonrisa, sin embargo ella solamente asintió con la cabeza. Scarlight frunció el ceño, ¿Qué le pasaría a Rissuka para no sonreírle, con lo simpática que era ella siempre?Rissuka miró a su amigo a los ojos, unos ojos grandes y amarillos como el pajar donde había caído, su cara de rasgos dulces y delicados, como casi los de todos los ángeles infundían seguridad. Sus labios finos seguía curvados en una sonrisa que fue desapareciendo conforme Rissuka callaba. Por lo que finalmente se decidió a hablar él con su voz dulce y amistosa.
-Riss ¿qué te sucede? ¿Te ha hecho algo ese buscador?

-Me ha hecho de todo-bufó ella cabreada. Como vio que su amigo no lo había comprendido continuó explicándole-.Resulta que ese “buscador”-dijo dibujando comillas en el aire- es un asqueroso neutral y me ha estado engañando todo este tiempo…

Scarlight se preocupó por su amiga y fue a decir algo pero ella lo cortó retomando su palabra:

-Ya sé.. ya me dijiste :" Ese buscador no me da buena espina"… ya, ya… ¿pero qué querías que hiciese? Nadie me daba trabajo y estaba aburrida… Acabo de venir de hablar con los ángeles superiores-dijo señalando hacia arriba.
Scar asintió ante lo que le dijo su amiga, es verdad, él le había avisado, pero ella no le había hecho caso, al final él también había creído que no sería problema. Pero se equivocaron. Scarlight preocupado le preguntó:

-Y… ¿Qué te han dicho?

-Pues que soy muy irresponsable, no debería haberme fiado de aquel “buscador” y que he cometido muchos errores… mmm creo que se me olvida algo… ¡ah sí! Y el idiota de Sinnur me ha dejado bien claro lo inútiles que somos los retráctiles… creo que nada más-dijo cruzándose de brazos.

-Seguro que no pasará nada grave, tú no lo has hecho a propósito…

-¡Claro que no!-lo cortó Rissuka en mitad de la frase.

-No era una pregunta Riss, era una afirmación-se rió Scar-. Seguro que no te ocurrirá nada… como mucho tendrás que ordenar la biblioteca… que por cierto no vendría mal-dijo mirando a las estanterías.

-Siempre piensas en lo mismo-comentó Rissuka sonriendo-.Tú y tus libros.

-Pues son muy interesantes-dijo devolviendo la vista al libro-.Además ya hemos solucionado tu problema... no ocurrirá nada importante.
Scar dijo eso para tranquilizar a Rissuka pero tampoco estaba él demasiado seguro sobre lo que ocurriría en aquel consejo en el que no había ningún retráctil para ayudar a Rissuka a salir de ese lío. Parecía que los centinelas como él se habían puesto en complot para librarse de los retráctiles pero ambos bandos sabían que los retráctiles eran necesarios en el equilibrio de la Tierra ya que eran los únicos que podían introducir su alma en el cuerpo de cualquier ser vivo. Además los retráctiles no abandonaban su cuerpo, nunca lo dejaban desprotegido. Cuando ellos se introducían en otro ser vivo el cuerpo desaparecía con ellos y cuando su alma salía del ser vivo aparecía su cuerpo de nuevo ya que se oculta con ellos.

Rissuka aburrida comenzó a trenzarse el pelo por completo y mientras tanto pensaba en la chica de aquella noche, la muchacha bajita y de pelo y ojos oscuros. Se imaginaba que, ella, era una humana que vivía en aquella gran ciudad llena de extraños aparatos para ella, pero que a su amigo Scar seguro que le resultaban familiares y nada peculiares ya que lo sabría todo de ellos. Pensó en los extraños edificios de la ciudad, tan altos, también se acordó de aquel aire contaminado por el tráfico. Rissuka no soportaba el aire de las ciudades estaba impregnado de sustancias perjudiciales para el medio ambiente del que los de su raza se encargaban de cuidar y los humanos destruían con rapidez y les daba igual. Solo pensaban en ellos, eran unos egocéntricos que avanzaban tan rápido en la tecnología que no tenían tiempo de corregir los “pequeños” efectos secundarios que causaban en su mundo. Para ellos eso eran minucias sin importancia que solucionarían con el tiempo. Pero todos los ángeles sabían que eso no iba a ocurrir e iban a destrozar el mundo que ellos habían creado para esa especie inteligente y avanzada.Y a la vez destructiva.

-Scar ¿cómo se llamaban las personas que cuidan de los humanos cuando son pequeños?-preguntó Riss intentando acordarse de la sociedad humana.

-Padres-contestó él pesadamente ya que esa pregunta se la había formulado mil veces.
-Aún sigo sin entender por qué necesitan tantos cuidados cuando son pequeños. ¿No son tan perfectos? Pues que se cuiden solos-le dijo ella como otras muchas veces.

-Riss ellos no son como nosotros. Ellos... son una especie... diferente, su ciclo vital es muy corto comparado con el nuestro pero es más activo. Sus etapas están bien separadas dependiendo de la edad que posea el humano. Los humanos de pequeños están indefensos, aún su cerebro no está desarrollado y es el comienzo de un largo aprendizaje inculcado por padres y profesores.¿Cuantas veces te lo tendré que explicar? ¿Por qué no lo lees en algún libro?-dijo señalando todos los libros que tenían a su alrededor.

-Porque me gusta exasperarte y oír como lo explicas mil veces y entre otras cosas porque no me gusta como lo cuentan esos libros-dijo y se volvió a sumergir en sus pensamientos mientras su amigo continuaba leyendo. Una duda asaltó su mente una vez que había terminado de trenzarse el pelo:

-Y..¿Por qué duermen?¿Por qué necesitan esos …colchones para dormir?¿Y cómo se llamaba lo que se ponen debajo de la cabeza?

-No te cansas ¿verdad?-preguntó Scar algo cansado de las preguntas de su amiga-.Duermen porque su cuerpo no, digamos, funcionaría bien. Necesitan colchones porque es más cómodo para ellos dormir sobre eso que dormir en el suelo además de que si duermen en él luego les dolerá el cuerpo ya que ha adaptado una postura incómoda en un lugar bastante incómodo. Y lo que se ponen debajo de la cabeza se llama almohada y está hecha de plumas y antes de que me preguntes para qué sirve-comentó él anticipándose a la pregunta de su amiga- te diré que es para que no les duela el cuello al despertar porque el cuello al dormir tiene que estar en una posición más alta que el resto del cuerpo. Ya está… yo creo que te lo he explicado bien.¿Alguna otra pregunta ya que estoy desconcentrado? Rissuka negó con la cabeza. Pero entonces otra pregunta fue recibida a su curiosa cabeza:

-Y ¿por qué no utilizan nuestra misma escritura? Nosotros sabemos todos sus idiomas,¿ por qué ellos no aprenden el nuestro?

-Porque no saben que existimos por lo que no les sería de gran ayuda. Además a ti no te cuesta nada aprendértelos porque nacemos sabiéndolos. Ellos en cambio tienen que estudiar para ello-contestó pesadamente.¡Y él que había creído que la ronda de preguntas ya había concluido!

-Sí pero sospechan algo. Mira toda la parafernalia que se inventaron de Dios, Jesús y todos esos cuentos. Y todo por culpa de Gabriel que estaba loco.
-Ah si el loco de Gabi... ahora está encerrado en su habitación, no sale de allí desde que mataron a Jesús-se rió Scar.

-Sinceramente yo no sé de donde sacó todo eso, el pobre ya venía tocado del ala cuando su gota se evaporó. Él solo revolucionó a los humanos haciéndoles creer que el humano en el que se había metido los iba a salvar y que su padre era un ser al que no se ve pero está ahí. Bobadas-bufó ella poniendo los ojos en blanco. Los humanos se creen cualquier cosa.

-No todos se creen ahora el lío que armó Gabriel, pero ellos necesitan en algo en lo que creer por lo que se están inventando nuevas teorías. Y esta vez Gabriel no está por medio, ni ninguno de nosotros. Pero antes algunos centinelas bajaron a la Tierra y se mostraron a los humanos, y los llegaron a idolatrar, los tomaron como protectores de sus terrenos. Y también han escrito historias en los que los ángeles somos protagonistas, pero su idea de jerarquía sobre nosotros está muy equivocada-dijo levantándose y dejando el libro que acababa de terminar.
-¿Ves? Al final me acabas contando todo lo que aprendes sobre los humanos y no me hace falta leer.Scarlight se rió y le dio la espalda a Rissuka en busca de un nuevo libro. Riss continuaba sentada mirando las estanterías cuando sintió de nuevo que la llamaban ante el consejo. Se rebulló sobre la silla y le dijo a Scar:

-Me llaman.

-Suerte - le contestó su amigo sonriendo mientras escogía un libro-.Luego nos vemos.

Entonces Rissuka no demasiado confiada de las palabras de su amigo se levantó se envolvió en sus alas y se volvió a dejar llevar, dejando elevar sus pies del suelo en una especie de vacío para, tras unos segundos, aparecer en la sala del consejo notando el suave suelo bajo sus pies.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Estorbo


Cuando la luz, que la rodeaba, comenzó a disminuir, ella posó los pies en el suelo mullido de una nube blanca de la Ciudad Celestial. Plegó sus grandes alas dejando a la menuda Rissuka descubierta con su túnica blanca de seda que la hacía más pequeña de lo que parecía. Abrió los ojos y se vio rodeada por siete ángeles mayores, Rissuka los observó: eran cinco centinelas y dos buscadores; se les identificaba por sus túnicas, las de los centinelas eran celestes y las de los buscadores eran color trigo. Extrañada los miró a todos ¿qué sucedía? Entonces el jefe de aquel consejo, un centinela, habló con voz profunda y decidida:

-Rissuka Fleetylight ha sido convocada ante el consejo debido a sus continuos errores en su labor.
Uno de los centinelas del consejo comenzó a murmurar por lo bajo con otro de los suyos… ¿pero qué…. Qué errores?

-E... ¿Errores señor?-tartamudeó Rissuka con voz débil y rasgada mientras se volvía a rodear con las alas.
Ella había ejecutado bien su trabajo, cada uno de los encargos que le habían sido dictados. Todos ellos realizados limpiamente y a la perfección… "No puede haber errores", pensó"He dicho todo lo que ese buscador me ha dicho,al milímetro... el buscador...".Mientras el centinela explicaba que había cometido graves errores en su trabajo: suicidios por muertes naturales, muertes antes de lo debido, personas y animales a las que aún no les había llegado su hora, ni tampoco dentro de diez años. Rissuka miraba sus pies desnudos y blancos para no mirar al consejo de ángeles avergonzada… "Engañada por un ángel menor... un neutral...", pensaba una y otra vez. Era estúpido haberse dejado engañar por un ser tan rastrero aunque de su misma especie… Rissuka decidió dejar de pensar en eso y solucionar el error antes de que eso se pusiese peor… pero ella no sabía lo que aún quedaba por ocurrir.

-…Ciento un errores cometidos, usted que no había cometido un error en su vida…- decía el centinela que parecía no encontrarle sentido a lo sucedido. Un ángel como Rissuka tan obediente y respetuosa haber cometido tales fallos... no lograba a comprenderlo-.Dígame el nombre del buscador que le entregó la información.

A Rissuka se le hizo un nudo en la garganta… ¿su buscador?...No había visto siquiera su rostro y tampoco sabía su nombre… ¿qué iba a decirle?

La verdad. Ella no podía mentir, más bien no sabía, no estaba en su naturaleza, no se le ocurriría siquiera… así que susurró débilmente, mientras miraba al suelo.

-No lo sé.

-¿Cómo dice?-se sorprendió el jefe de los centinelas-.Pues entonces dígame ¿cómo era?

Rissuka parpadeó para aguantar las ganas de gritar lo estúpida que había sido, así que continuó mirando al suelo y apretó los puños.

-No… no lo sé-contestó en un débil murmullo.
Entonces aquel corro de sabios comenzó a susurrar entre ellos y discutir sobre la irresponsabilidad de Rissuka. Ella logró alcanzar a oír algunas palabras sueltas: "Inaceptable", decía un centinela;"Inútil", bufó un buscador descaradamente mientras la miraba;"Retráctil", escupió un centinela con tono de desprecio…


Rissuka continuaba mirando al suelo mullido y blanco formado por las nubes imaginando no estar en aquella horrible situación, imaginando ser una margarita entre la hierba orgullosa por sus blancos pétalos y absorbiendo la luz solar dejando que esta fluyese por su interior junto con el agua que circulaba cerca de sus raíces. Pero pronto ese sueño acabó, siendo interrumpido por la voz del centinela que había insultado a los de su casta:

-Si desconocía su nombre y… también su aspecto ¿por qué realizó sus encargos?
Rissuka levantó la mirada hacia aquel centinela…¿Por qué?¿Por qué a ella? Ser engañada por un neutral… Un maldito ángel que había rechazado su casta y se dedicaba a molestar con los que habría tenido que convivir algún día. Un neutral…

-Porque fue el primero que me llamó con encargos… con trabajo… Yo no sospeché nada. Él me daba trabajo para realizar, yo nunca supuse que me fuera a…

"Engañada", completó secamente en su mente.
-¿No cree usted que tras sus años de estudios y aprendizaje debería haberse dado cuenta de lo que sucedía? ¿Que estaba siendo engañada por un neutral?-le preguntó suavemente el jefe.

Goriel, el jefe de los centinelas, veía el miedo reflejado en los ojos de Rissuka, él sabía que el neutral que la había engañado a ella podría haber engañado a cualquier otro que estuviera a su alrededor. No quería ser duro con ella pero los demás ángeles del consejo parecían dispuestos a echarla de la Ciudad Celestial con tal de no tener más problemas con ella… Pero como ellos no tendrían que dictar la sentencia intentaban planear algo que tuviese el mismo fin pero con otra forma de decir la palabra desterrada.

-¿Algo más que contar antes de que deliberemos?-preguntó Goriel a Rissuka un tanto cansado del murmullo de los ángeles situados a sus costados.

-He de decir que yo… no lo hice a posta yo no sabía nada…-dijo Rissuka mirando a Goriel-. No he de decir nada más.

-Marcha pues-mandó Goriel con un gesto de su mano.
Rissuka se envolvió en sus alas y desapareció de aquella sala de reuniones rápidamente, no soportaría estar allí ni un segundo más. Se sentía pequeña, indefensa, sola y demasiado asustada como para pensar algo que decir en su defensa mientras seis pares de ojos enfadados se clavaban sobre sus alas.

Goriel miró como desaparecía y de nuevo comenzó el murmullo sobre lo que deberían hacer con Rissuka.

-¡Desterrarla!-dijo Sinnur, el mismo que no paraba de insultar a los retráctiles mientras Rissuka estaba en la sala de pie.


Ante el comentario de Sinnur muchos asintieron y le dieron la razón. Como había deducido Goriel querían quitársela de en medio, y parecía que cuanto antes mejor.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Sonrisa efímera


En la torre de Tokio, lugar cercano al accidente, dos haces de luz descansaban sobre los hierros de la estructura, observando la catastrófica escena que mostraba la ciudad. Uno de los focos de luz flotantes se transformó en una hermosa chica menuda, de grandes ojos de un color rosa muy llamativo que resaltaban en una cara pequeña de rasgos suaves. Su larga melena color trigo caía en forma de cascada por su espada interrumpida por dos grandes alas formadas por blancas y resplandecientes plumas. Se envolvía en ellas mientras le decía, con orgullo, al otro haz de luz que se situaba cerca de ella:

-¿Alguna otra cosa?

-No, lo has hecho bastante bien, Rissuka, te tomaba por alguien más… débil-dijo la luz.

Rissuka sonrió aunque un poco herida porque la hubieran subestimado.

-Aún no me has mostrado tu forma-le recordó ella con la sonrisa en el rostro dejando al viento mecer su suave pelo.

-Cierto… dentro de poco-dijo la luz en tono burlón.

-¿Sabes qué?-preguntó Rissuka mirando a la luz sonriendo-.Creo que eres un ángel menor que se está riendo de mi porque estoy haciendo sus deberes.

-Piensa lo que quieras-contestó secamente la luz.

-Eso haré-dijo Rissuka mirando los últimos rayos de sol.


Rissuka era muy orgullosa, le encantaba su trabajo pero últimamente sus encargos eran muy sangrientos, aquel ángel no le había mandado ninguna muerte natural, ni durmiendo… y aquello le resultaba raro. Ella era un ángel joven, una retráctil encargada de causar la muerte a los humanos, animales y plantas. Cada vez que tenía un encargo se planteaba en qué pequeño, menudo o gigantesco cuerpo se introduciría: ¿un colibrí, una ardilla, una amapola, quizás?


Su trabajo era importante y ella lo sabía por eso se aseguraba de cumplir los encargos tal y como los dictaban los buscadores, los encargados de apuntar a que seres vivos les llegaba el final de su vida y cómo sucedería.


Rissuka sintió como si tirasen de ella, la estaban llamando, así era como los ángeles se hacían nombrar entre ellos hasta la Ciudad Celestial cuando surgía una urgencia. La llamada era de un ángel superior… ¿Un ángel superior?

Rissuka se dejó llevar por la llamada del consejo un tanto sorprendida, mientras se envolvía en sus grandes alas y la luz cegadora la rodeó, transportándola a la Ciudad Celestial o la Ciudad de las Nubes, desapareciendo lentamente de la torre de Tokio.El otro haz de luz se quedó flotando cerca de uno de los hierros y susurró:

-Pronto nos volveremos a ver, Rissuka Fleetylight.

Tras decir estas palabras él, también desapareció de la torre de Tokio, dejando la estructura sola y sumida en la oscuridad de la ciudad.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cadena



Cuando la noche cubre el cielo con su manto de luto bordado en carbón y con la plata más fina, la ciudad de Tokio se sume lentamente en la oscuridad, dando paso a la luz artificial, de carteles, edificios y del tráfico. Los jóvenes charlan animadamente por las calles en diversos grupos, las parejas pasean agarradas de la mano, las madres vuelven a casa con sus hijos y algunas personas andan a estas horas a solas y sin rumbo fijo; estas últimas son las más vulnerables.
Una chica menuda de melena corta y oscura, cuyos ojos eran negros cual azabache, pasaba por uno de los muchos pasos de cebra de la ciudad, en los últimos parpadeos del muñeco luminoso. Se paró en seco en mitad de la carretera cuando le dio un escalofrío, entonces sus ojos se tornaron de un color rosa fuerte… cosa de lo que nadie se dio cuenta. Continuó caminando elegante y segura pero con andares lentos, esperando a que ocurriese algo.

Un camión que excedía los límites de velocidad, ya que el conductor iba ebrio, pasó con rapidez por el paso de cebra, notando un choque frontal con su vehículo. El hombre bajó del camión cuando la gente comenzó a rodear el bulto que había en el suelo aovillado, destrozado y cubierto de sangre. Aquella chica de melena oscura estaba en el suelo con las costillas rotas, brazos y piernas destrozados y sangre caliente saliendo por la boca rozando sus carnosos labios y cubriéndolos de un intenso rojo. Sus ojos volvían a ser negros y su rostro expresaba sorpresa…

Si esa chica no hubiese tenido un escalofrío, sino se hubiese parado, si sus ojos no se hubiesen tornado de un tono rosáceo, si el conductor no hubiera estado borracho y no excediese los límites de velocidad, aquella chica no habría muerto y hubiera conseguido pasar el paso de cebra sin un hueso roto. Pero claramente todo esto tenía que ocurrir. ¿Sino, para qué sucedió?