martes, 29 de diciembre de 2009

Collares de macarrones

Miró el reloj que llevaba en la muñeca cuando los chicos salían ya de la sala del cine. Eran las nueve de la noche... fuera aún no había oscurecido del todo, porque era verano y la luz del día duraba más.
-Shinny te has perdido la mejor película de la historia-le dijo Dan con palomitas en la boca aún.
Summer se rió por la cara de Daniel y las gemelas asintieron entusiasmadas el comentario de Daniel sin embargo Carol mostró su negativa.
-Ha sido asqueroso-dijo tan solo.
Jesse se rió con la misma risa de Summer:
-No ha sido para tanto lo que pasa es que sois muy miedicas-dijo burlandose de las chicas.
Izzy y Abbie lo miraron y alzaron la cabeza dando a entender que había herido su ego, Dan y Jesse se rieron por ese gesto y continuaron en silencio hasta salir a la calle y llegar al edificio en el que vivían todos, era una coincidencia bastante agradable pues estaban comunicados la mayor parte del tiempo, lo malo es que no podían mentir diciendo que estaban en la casa de alguna de ellas, o eso había dicho Carol.
-Hasta mañana-se despidieron  cuando el ascensor paró en la tercera planta, en la que vivían Jesse y Summer, los demás vivían en la sexta planta.
Summer les sonrió mientras salía del ascensor dedicandoles una sonrisa mientras Jesse abría la puerta de la casa y se oía la vocecita de Sophie replicando:
-Pero yo quiero regalarle el collar.
-Sophie el collar que le regalas es el mismo siempre-le dijo su padre tomándola sobre sus rodillas.
-No-negó la niña casi al borde del llanto-. Este año lleva más macarrones.
Summer y Jesse entraron al salón, el chico sonrió por la escena del salón.
-Hola Summy-dijo Sophie contenta corriendo hacia su hermana.
Summer no entendía que ocurría con ...¿un collar de macarrones?
-¿Más macarrones?-preguntó Summer confundida tomando a Sophie en brazos.
-Shhhtt calla Summer -dijo Sophie poniendo un dedito en los labios de Summer para que se callase-. Es una sorpresa para Summer-se rio la pequeña.
Summer no entendía nada y simplemente sonrió a la pequeña.
-Vale yo shhttt-contestó-. Tengo sueño... no tengo hambre me voy a dormir-les dijo a sus padres.
-¿Y mi historia?-preguntó Sophie algo triste.
-Mañana te contaré dos, lo prometo-dijo sonriendo dirigiendose a su habitación. Entró en ella y encendió la luz.
Ya se había acostumbrado a ella, era enorme como todas las habitaciones de la casa y tenía un enorme ventanal hacia la ciudad, pero en ese momento las cortinas estaban echadas. Las paredes de color mandarina de un tono pastel estaban recubiertas por miles de fotos suyas y de sus amigas y posters de cantantes. Había una enorme estantería, de obra de color blanco, repleta de libros pero los más desgastados eran los libros de Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo. Summer los había leído cuando había llegado a su nuevo hogar, y sin duda le encantaban, al igual que a la Summer original.
Se tumbó sobre la cama quitandose las converse de color rosa con los pies y a los pocos segundos quedó dormida.
Jesse que pasó por delante de la habitación de su hermana para dirigirse a la suya, la vio tumbada y sonrió divertido. Entró y la metió dentro de la cama tapándola. Se había dormido con la ropa puesta.
Salió de la habitación, apagando la luz, y cerró la puerta no sin antes susurrar:
-Buenas noches Shinny.
Mañana sería un gran día.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Soy Rissuka....soy..soy...soy Summer



Ella continuaba sentada a la salida de la sala del cine desde la que oía algunos gritos de la gente del cine o tal vez de la película misma. Suspiró y se puso de pie. El pasillo estaba vacío, a Rissuka le dio un escalofrío aún se sentía dividida en dos personalidades, eso la exasperaba a veces, por no decir casi siempre. No le gustaba fingir que ella era Summer. Pero en realidad se estaba convirtiendo en ella no solo en cuerpo material sino en su forma de pensar... estaba perdiendo parte de sus recuerdos como ángel aunque intentara recordar todo.
Ella sabía que no era la misma.
Y eso le preocupaba.
Se apartó el flequillo de la cara un tanto nerviosa, no le gustaba pensar que Rissuka estaba desapareciendo.
-Yo soy Rissuka-susurró-. Estoy Aquí.
Claro que es difícil aceptar cuando una misma está desapareciendo, es complicado de creer.
-Soy Rissuka...soy...soy...-dudaba- soy Summer -dijo finalmente dándose cuenta de que hasta ella lo sabía.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Pensamientos en silencio

Jesse la miró no muy convencido y se encogió de hombros.
-Como quieras… pero aún queda mucho para que acabe.
-Da igual… Os espero-dijo Rissuka intentando reconfortarlo con una sonrisa.
Jesse volvió a entrar en la sala de cien no sin antes dirigir una mirada de preocupación a su hermana.
Rissuka se sentó en el suelo y posó su cabeza entre las rodillas. No le gustaba esa película, era horrible, ella no quería volver a ver la muerte de una persona o verla sufrir… Ya había visto demasiadas.. o mejor dicho… Había causado demasiadas. Suspiró.
"Soy Rissuka",pensaba "y a mi no me gustan este tipo de películas.. No , claro que no"
No quería olvidarse de quien era y dejar de ser Rissuka para ser Summer, ocupar la vida de una persona que no era la suya, continuarla sin saber demasiado de ella… Se sentía como una intrusa. Sí, esa era la palabra exacta.
Intrusa.
Eso era en lo que se había convertido, antes también era intrusa pero tan solo por unos segundos… Ahora era una intrusa de por vida, una ocupa. Estaba en un lugar que no era el suyo y continuando la vida de una chiquilla cuya alma había muerto pero su cuerpo había continuado latiendo por unos pocos segundos. El alma de la chica que había ocupado ese cuerpo, Summer, había sido luchadora… Había intentando vencer a la muerte, pero no siempre se consigue.
Aún continuaba sin saber por qué Summer estaba en el hospital, no sabía nada sobre ella, nada de sus 14 años de vida, tan solo lo que iba descubriendo por los gestos que se dibujaban en las caras de los que la miraban cuando realizaba alguna acción. Aún así, ella creía que todos sabían que Summer había desaparecido que no era ella… pero a lo mejor no lo decían porque así engañaban a su mente y se sentían mejor.
¿Pero que era aquello tan horrible que querían olvidar que había hecho Summer para entrar en coma?
Una chica de catorce años sería incapaz de realizar algo tan atroz como para que mereciese ser olvidado… O eso era desde el punto de vista de Rissuka, que veía el cuerpo de Summer como un caparazón indefenso, que en su momento había protegido un alma de gran fortaleza. Un cuerpo menudo y muy delgado no podía ser peligroso…

martes, 22 de diciembre de 2009

Películas de terror

Los chicos comenzaron a hablar animados sobre ir al cine a ver una película, es era otra de las novedades para Rissuka, no estaba acostumbrada a la televisión, no le cabía en la cabeza como podían caber tantas personas en una cajita tan pequeña, era algo incomprensible para ella.


-¿Y si vamos a ver la nueva película de Saw?-propuso Dan.

Todos estuvieron de acuerdo, tomaron los batidos y fueron al cine más cercano, Rissuka nunca había entrado en uno, pero le pareció impresionante. Había una pantalla muchísimo más grande que la de la televisión, tomaron sus asientos y pronto la película comenzó. Izzy se sentó a su lado y Jesse al otro, que observaban la película y de vez en cuando se oía algún gritito de Carol y después a su hermano mandándola callar, pero eso fue en pocas ocasiones. Rissuka veía la película con los ojos como platos pronto se puso blanca como el papel y sintió asco y repugnancia por la película, cuando comenzó la peor parte no pudo evitarlo y se puso a gritar, solo se la escuchaba a ella. Jesse la miró extrañado y la cogió del brazo diciendole:

-Summer tranquila que solo es una película.
Pero Rissuka hacía caso omiso y continuó gritando a cada momento que pasaba la película le daba más asco. Jesse la cogió del brazo y salió de la sala con ella.

-¿Qué demonios le ocurre?-pensó Jesse.
A su hermana que siempre le habían gustado las películas de miedo y sobre todo las gore, en especial Saw se había puesto a gritar como una histérica en mitad del cine, era lo que menos se podía esperar. Miró a Summer preocupado y le dijo.

-Summer,¿estás bien?
Rissuka se apoyó en la pared e inspiró hondo, no pensaba entrar en la sala de nuevo. Pero ¿cómo podían hacerle eso a las personas? Riss no alcanzaba a comprender que todo lo que ocurría en esa película no era real, que esos hechos no habían transcurrido.
-Sí… estoy bien-le contestó-. Entra y sigue viendo la película pero yo me quedo aquí.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Todo pasa como un soplo de viento



Cuando salió del hospital Jesse la llevó en silla de ruedas ya que el doctor Thompson decía que aún estaba muy débil, pero cuando Rissuka tenía ocasión se levantaba de la silla y jugaba con Sophie.


Riss había descubierto que Sophie era una niña encantadora y solamente tenía siete años, pero la quería mucho. Siempre pedía un cuento a Summer antes de ir a dormir y esta le contaba cosas de su vida como ángel.
-Había una vez una angelita de pelo rubio y ojos rosas-dijo sonriendo, ya que el color favorito de Sophie era el rosa, mientras la arropaba-. Era muy buena, se llamaba Rissuka Fleetylight y tenía un amigo que se llamaba Scarlight que era muy guapo y un buen amigo. El trabajo de Scar era proteger a todos los niñitos pequeños que no están preparados para morir y los salva-narró dándole un beso en la frente a Sophie y sentándose en el filo de la cama-. Pero este ángel aún no ha encontrado a ninguna personita a la que cuidar. Porque un ángel como él solo puede cuidar a una persona-dijo mostrando un uno con los dedos- y entonces…- Rissuka comenzó a sentir sueño y se dio cuenta de que Sophie se había dormido, y allí estaba Jesse listo para llevar a Summer a su cama.
Jesse se le acercó a ella y la cogió en brazos. Rissuka le replicó:
-Sé andar.
-Ya pero no me fío de ti no vaya a ser que te caigas.
Rissuka fruncía los labios y se dejaba arropar en su cama, y así había ocurrido durante las dos primeras semanas… Rissuka aprendía que era un sueño, tranquilo y sin preocupaciones, pero a cada día que pasaba sentía que se olvidaba de algo… y lo peor no era eso, sino que no sabía de que se olvidaba.

Las amigas de Summer acudían a su casa todas las tardes, sin excepción estaban allí desde las cuatro de la tarde hasta las once de la noche. Rissuka se lo pasaba muy bien con ellas. Veían películas, leían revistas, recortaban fotos o informaban de los cotilleos del verano a Summer, y en más de una ocasión la acompañaron a rehabilitación.

Rissuka odiaba ir al hospital para que el doctor Thompson la “enseñara” a caminar, pero en realidad sabía que le ayudaba bastante. A la semana de salir del hospital ya no iba en la silla de ruedas, aunque no la había utilizado casi, y aquella tarde un catorce de agosto salieron a dar una vuelta, claro está con Daniel y Jesse, enviados por los padres de Summer, ya que estos pensaban que podría ocurrirle algo, pero mientras fuesen los dos chicos se sentían tranquilos.

Todos ellos vivían cerca de Times Square, en la Séptima Avenida, sus familias, por lo que pudo comprobar Rissuka, poseían bastante dinero pero no iban presumiendo de ello. También descubrió que el lugar donde vivían era Manhattan que a su vez estaba en Nueva York.

Aquella tarde se sentaron en una heladería de Times Square y tomaron un batido, ya que, por lo que parecía, a Summer le gustaban mucho los batidos de fresa de aquella heladería. Cuando sorbió por la pajita y el batido llegó a sus labios sus ojos se iluminaron y dijo sorprendida:
-¡Está rico!
Jesse y los demás la miraron con cara de : “ Summer claro que para ti está rico, es tu batido preferido”, pero decidieron callarse, la única que dijo algo fue Izzy:
-Has echado demasiado de menos los batidos Shinny-se rió.
Rissuka simplemente te limitó a sonreír y continuar bebiendo, de veras eso de los batidos le había gustado, igual que los yogures de limón… Se había obsesionado.

Que la llamaran Shinny ya se le había hecho habitual, había conseguido aceptar el nombre de Summer como el suyo propio, se había propuesto no olvidarse del suyo, el original. Pero a cada día que pasaba esto se le hacía más y más difícil pues no lo sabía nadie, solo lo recordaba cuando le contaba historias a Sophie.

jueves, 3 de diciembre de 2009

1 mes después


Su mes de vida en la Tierra había sido complicado… Había permanecido una semana más ingresada en el hospital y llevaba todo el mes yendo a rehabilitación ya que los músculos de Summer se encontraban debilitados, y al principio no podía ponerse siquiera en pie. Pero tras muchos intentos y deseos de salir de aquel horrible lugar y no regresar le daban fuerzas para conseguir que el cuerpo de Summer reaccionara.

El médico se sorprendía, día a día, con la rápida recuperación de Summer, por eso a los dos días de despertar le había dado permiso de visitas. Rissuka se asustó un poco cuando el médico le dijo esto ya que tendría que enfrentarse a las amigas de Summer… Pero en realidad esto le fue fácil. Izzy, Abbie y Caroline eran muy simpáticas con ella pero había muchas cosas de las que hablaban que no comprendía, como por ejemplo de gente del instituto, que era el lugar donde estudiaban las personas de su edad, catorce años, eso al parecer en la tierra no era demasiado tiempo de vida pero se estaba cerca de la mayoría de edad, también pudo comprobar que Daniel y Jesse tenían dieciséis años.

-En serio, no sabes lo horrible que es el verano sin ti-le dijo Caroline pero su hermano, que también había ido a verla le dio un codazo y le dirigió una mirada severa.
¿Por qué nadie quería hablar del tiempo que había pasado Summer en coma? ¿Qué es lo que había ocurrido para que todos se comportasen de ese modo?

También fueron a verla sus tías Susan y Dorothy que como había dicho Jesse eran muy aburridas, sin embargo la hija de Susan, Taylor, era más simpática incluso que sus amigas. Aquella chica de larga melena rubia y ojos azules, era la que le había echado la foto a Summer cuando era pequeña. Tenía diecinueve años que al parecer significaba que era , o casi, una adulta. No paraba de bromear y de enseñarle fotos de ellas dos juntas con Jesse.
Rissuka se lo pasaba muy bien descubriendo el pasado de Summer, pues no había tenido una vida así… tan divertida.

martes, 1 de diciembre de 2009

Soph


El padre fulminó a Jesse con una mirada.

-Vale, vale... Papá-dijo corrigiéndose, parecía que no le gustaba que su hijo lo llamase por su nombre de pila.Rissuka estaba rígida, el hombre la abrazaba con fuerza y ella quería respirar y tumbarse de nuevo en la cama porque le costaba mucho moverse y prefería estar recostada sobre la camilla. Rissuka cerró los ojos resignándose al abrazo de su padre y escuchó unos pasos rápidos y cortos que se acercaban cada vez más a la habitación. Aquellos pasos se fueron intensificando y acabaron justo al lado de su cama…¿otra visita? James fue deshaciendo el abrazo que la unía con su hija y la tumbó en la cama delicadamente girándose a la persona recién llegada.

-Sophie,¿qué haces aquí?- preguntó extrañado Jesse a la persona que acababa de llegar.

-Me dejaste sola en la entrada-dijo una voz infantil, aguda y muy dulce, medio gritando-.Y sabes que a mi no me gusta la entrada.

Rissuka abrió los ojos para ver a aquella niña que hablaba, bajó la mirada hacia la pequeña personita de largos tirabuzones rubios y ojos azules muy grandes que corrió hacia ella y saltó sobre su cama diciendo:

-¡Summy ha despertado! No tenías que dormir tanto tiempo Summer porque sino esta noche no dormirás, ni mañana, ni pasado…-comenzó a contar con sus pequeños dedecitos parloteando sin parar.
-Vamos a dejar que Summy descanse…¿vale Sophie?-dijo Jesse cogiendo a la niña, que Rissuka supuso que era su hermana.

-Sí pero me debe un regalo de cumpleaños-decía mientras Jesse la sacaba de la habitación al pasillo, donde se encontraban Julia y el doctor Thompson.

James quedó mirando el rostro de su hija sin poder creer que esta hubiese despertado al fin después de un mes completo en coma. Acarició el pelo de su hija con ternura y esta se dejó inclinando la cabeza hacia la mano. James sonrió, Rissuka no se dio cuenta de lo que ocurría tras la imagen de su nuevo padre, hasta que fue demasiado tarde.

Los ojos se le comenzaron a cerrar lentamente y su cerebro se fue entorpeciendo, las ideas no eran claras y las imágenes de la habitación se desenfocaron. Entonces detrás de lo que había sido la imagen de James vio una bata blanca al lado de los tubos del suero, sostenía algo en la mano, no comprendía a averiguar el qué, supuso que era una jeringa ya que sus ojos se cerraron dando paso de nuevo a un sueño reparador y tranquilo. En el que aparecía la sonrisa de Jesse y la risa cantarina de Sophie… pero para nada la imagen de Scarlight o cualquier otro ángel que ella hubiese conocido, su mente en ese momento no se acordaba de ellos… solo de su nueva familia.