miércoles, 25 de noviembre de 2009

Donde todo termina, todo empieza de nuevo


La mujer miró con ojos incrédulos a Rissuka como si aún no se creyese lo que estaba ocurriendo en esa pequeña habitación y le dijo entre sollozos:

-Summy… tranquila no pasa nada yo estoy aquí contigo, mamá está aquí-susurraba mientras acariciaba el pelo de su hija.

¿Summy?¿Madre?¿Esa era su nueva identidad: ¿Summy? Le gustaba ese nombre. Pero… ¿qué tenía que decirle a esa mujer que decía ser su madre? Ella no había tenido madre y no sabía como se trataban. Se dejó abrazar por esa mujer, que hablaba en inglés americano, y frunció el ceño mientras observaba sus ojos cafés. Tragó saliva y la notó bajar por su garganta seca y le comenzó a picar. Sentía una especie de tubo por dentro de su cuerpo y también una vía respiratoria en su nariz.

-Soy yo… Mamá-volvió a decir la mujer-Julia-.Sonrió tristemente mientras acercaba la mano para acariciar la mejilla de su hija y luego pulsó un botón que había en el cabecero de la cama para llamar a una enfermera.

Rissuka se dejó acariciar por la mujer y bajó la mirada a la mano de esta. La mano caliente y suave de la mujer al rozar su mejilla la hizo sonreír, ya que era un gesto tierno y para nada triste. La mujer también sonrió. En aquel momento notó una pequeña tensión en su muñeca derecha y levantó el brazo. Fue entonces cuando vio un fino tubo que llegaba hasta su muñeca y se unía a su piel por un esparadrapo blanco. Levantó la mano izquierda a duras penas ya que parecía no querer doblarse. Rissuka fue a tirar del tubo para deshacerse de él pero una mano la cogió por la muñeca. Rissuka levantó la mirada y vio a un hombre mayor que Julia con el pelo blanco y de mirada seria pero a la vez sorprendido.

-No hagas eso, Summer-le dijo, moviendo la mano de Rissuka hasta dejarla sobre la camilla, de nuevo-. Es… increíble. Soy el doctor Thompson-le dijo a Rissuka mientras ella lo miraba extrañada.

Rissuka intentó recordar lo que eran los médicos o doctores… Eran las personas que curaban a los humanos, en unos sitios llamados hospitales. Porque los humanos no podían hacer círculos curativos.

Rissuka se llevó mano hacia la garganta donde notaba un poco de presión en su interior, pero esto comenzaba desde la nariz. Deslizó la mano lentamente sobre su rostro y notó que encima del labio había un fino tubo, su instinto le decía que se deshiciese de él. Fue a tirar de él y de nuevo la mano del doctor la detuvo y volvió a ocurrir lo mismo que antes.

-Parece que no te gustan los tubos- dijo el doctor Thompson en broma.

-Doctor,¿ usted cree que dentro de poco podrá estar en casa?-preguntó Julia.Se notaba que quería estar con su hija cuanto antes, regresar a la vida que llevaban en el pasado. Que todo volviese a la normalidad. Aunque sabía que eso no ocurriría, que nada volvería a ser como antes por mucho que lo intentase.

- Depende de cómo se desarrolle la rehabilitación- dijo mientras sacaba una pequeña linterna del bolsillo de su bata blanca y la encendía-.Summer sigue la luz-dijo mientras movía la linterna.Rissuka no entendía para qué era eso pero si quería salir de allí tendría que seguir la lucecita con la mirada. El doctor apagó la linterna satisfecho y le dijo a Julia:

-Tenía que haberme llamado en cuanto se despertó ¿cuánto tiempo lleva consciente?Julia bajó la cabeza e intentó recordar:

-Unos pocos minutos, lo avisé a los dos minutos de que hubiese despertado. Fue tan repentino… las pulsaciones estaban al mismo ritmo de siempre y de repente despertó y las pulsaciones se hicieron más continuas.

-Entiendo, ¿la ha reconocido?¿sabe lo que ocurrió?

-No se lo he preguntado… No quería ponerla más nerviosa de lo que estaba-contestó Julia.

-Bien. Ha hecho bien en no atosigarla con preguntas, de todas formas no habría podido hablar demasiado lleva aún la sonda naso gástrica. Si quiere vaya a dormir a casa o, ¿se va ha quedar otra noche aquí?- preguntó el médico intuyendo la respuesta.

-Me quedaré aquí.

-Debería llamar a su familia para informarle a su marido de lo que ha ocurrido aunque pídale que no venga, no queremos molestarla demasiado. Necesita recordar.

-Entiendo-dijo Julia

Rissuka se volvió a relajar sobre la cama mientras oía la conversación del doctor y su nueva madre, no sabía por qué pero todo el cuerpo le pesaba y le era extraño realizar cualquier movimiento. Miró la puerta de la habitación, una puerta resistente y blanca que en ese momento se encontraba abierta. Apoyó la cabeza en la almohada, cerró los ojos y suspiró todo le daba vueltas. Oyó unos pasos pesados sobre el suelo marmóreo que se acercaban a su cama.

-Mamá, papá dice que vayas a casa que ya me quedo yo-dijo una voz masculina-.Hola doctor Thompson.

-Buenas noches Jesse- devolvió el saludo

-No, tranquilo, Jesse, Summer ha despertado -sonrió Julia y Jesse se quedó en silencio pensando que era otra vez el sueño que se repetía por las noches en la mente de su madre.

-¿De veras?-preguntó Jesse al doctor.

Rissuka supuso que el doctor había asentido con la cabeza porque no oyó respuesta. Y sintió aquellos pasos que se arrastraban más cerca suya.

-Y… ¿está despierta?-preguntó Jesse a su madre y el doctor.

-Sí pero no conviene hacerla hablar ¿entendido? Mientras, señora Stewart ¿podríamos hablar en el pasillo?, Jesse si ves algo extraño avísame-dijo el doctor Thompson mientras salía de la habitación con Julia y, Jesse se acercaba más a la camilla.


Jesse,… así se llamaba aquel chico, y sería su… ¿primo? No… se llamaba de otra forma. Se lo había explicado Scarlight eran…¿abuelos?... No… ¡hermanos! Rissuka abrió los ojos para ver como era.

Jesse que la estaba mirando en ese momento cruzó la mirada con la de su hermana y se sorprendió de que por fin hubiese despertado. Él era uno de los que la había dado por perdida.


-¡Shinny!-exclamó y abrazó a su hermana-.¡Renacuaja estás despierta!-dijo mientras le alborotaba el pelo a Rissuka.

Rissuka lo abrazó con mucho trabajo al levantar los brazos y vio que tenía el pelo como su madre de color rubio y también bastante desordenado con mucha gomina. Su piel era de color claro y sus ojos de color azul muy intenso, nada que ver con los de Julia. Vestía una camiseta ancha de color gris, unos vaqueros anchos y muy bajos con unas deportivas anchas de color negro.


No había entendido por qué la había llamado Shinny, ¿su nombre no era Summer? Bueno daba igual. Seguro que era alguna forma cariñosa de llamarla.