sábado, 21 de noviembre de 2009

Estorbo


Cuando la luz, que la rodeaba, comenzó a disminuir, ella posó los pies en el suelo mullido de una nube blanca de la Ciudad Celestial. Plegó sus grandes alas dejando a la menuda Rissuka descubierta con su túnica blanca de seda que la hacía más pequeña de lo que parecía. Abrió los ojos y se vio rodeada por siete ángeles mayores, Rissuka los observó: eran cinco centinelas y dos buscadores; se les identificaba por sus túnicas, las de los centinelas eran celestes y las de los buscadores eran color trigo. Extrañada los miró a todos ¿qué sucedía? Entonces el jefe de aquel consejo, un centinela, habló con voz profunda y decidida:

-Rissuka Fleetylight ha sido convocada ante el consejo debido a sus continuos errores en su labor.
Uno de los centinelas del consejo comenzó a murmurar por lo bajo con otro de los suyos… ¿pero qué…. Qué errores?

-E... ¿Errores señor?-tartamudeó Rissuka con voz débil y rasgada mientras se volvía a rodear con las alas.
Ella había ejecutado bien su trabajo, cada uno de los encargos que le habían sido dictados. Todos ellos realizados limpiamente y a la perfección… "No puede haber errores", pensó"He dicho todo lo que ese buscador me ha dicho,al milímetro... el buscador...".Mientras el centinela explicaba que había cometido graves errores en su trabajo: suicidios por muertes naturales, muertes antes de lo debido, personas y animales a las que aún no les había llegado su hora, ni tampoco dentro de diez años. Rissuka miraba sus pies desnudos y blancos para no mirar al consejo de ángeles avergonzada… "Engañada por un ángel menor... un neutral...", pensaba una y otra vez. Era estúpido haberse dejado engañar por un ser tan rastrero aunque de su misma especie… Rissuka decidió dejar de pensar en eso y solucionar el error antes de que eso se pusiese peor… pero ella no sabía lo que aún quedaba por ocurrir.

-…Ciento un errores cometidos, usted que no había cometido un error en su vida…- decía el centinela que parecía no encontrarle sentido a lo sucedido. Un ángel como Rissuka tan obediente y respetuosa haber cometido tales fallos... no lograba a comprenderlo-.Dígame el nombre del buscador que le entregó la información.

A Rissuka se le hizo un nudo en la garganta… ¿su buscador?...No había visto siquiera su rostro y tampoco sabía su nombre… ¿qué iba a decirle?

La verdad. Ella no podía mentir, más bien no sabía, no estaba en su naturaleza, no se le ocurriría siquiera… así que susurró débilmente, mientras miraba al suelo.

-No lo sé.

-¿Cómo dice?-se sorprendió el jefe de los centinelas-.Pues entonces dígame ¿cómo era?

Rissuka parpadeó para aguantar las ganas de gritar lo estúpida que había sido, así que continuó mirando al suelo y apretó los puños.

-No… no lo sé-contestó en un débil murmullo.
Entonces aquel corro de sabios comenzó a susurrar entre ellos y discutir sobre la irresponsabilidad de Rissuka. Ella logró alcanzar a oír algunas palabras sueltas: "Inaceptable", decía un centinela;"Inútil", bufó un buscador descaradamente mientras la miraba;"Retráctil", escupió un centinela con tono de desprecio…


Rissuka continuaba mirando al suelo mullido y blanco formado por las nubes imaginando no estar en aquella horrible situación, imaginando ser una margarita entre la hierba orgullosa por sus blancos pétalos y absorbiendo la luz solar dejando que esta fluyese por su interior junto con el agua que circulaba cerca de sus raíces. Pero pronto ese sueño acabó, siendo interrumpido por la voz del centinela que había insultado a los de su casta:

-Si desconocía su nombre y… también su aspecto ¿por qué realizó sus encargos?
Rissuka levantó la mirada hacia aquel centinela…¿Por qué?¿Por qué a ella? Ser engañada por un neutral… Un maldito ángel que había rechazado su casta y se dedicaba a molestar con los que habría tenido que convivir algún día. Un neutral…

-Porque fue el primero que me llamó con encargos… con trabajo… Yo no sospeché nada. Él me daba trabajo para realizar, yo nunca supuse que me fuera a…

"Engañada", completó secamente en su mente.
-¿No cree usted que tras sus años de estudios y aprendizaje debería haberse dado cuenta de lo que sucedía? ¿Que estaba siendo engañada por un neutral?-le preguntó suavemente el jefe.

Goriel, el jefe de los centinelas, veía el miedo reflejado en los ojos de Rissuka, él sabía que el neutral que la había engañado a ella podría haber engañado a cualquier otro que estuviera a su alrededor. No quería ser duro con ella pero los demás ángeles del consejo parecían dispuestos a echarla de la Ciudad Celestial con tal de no tener más problemas con ella… Pero como ellos no tendrían que dictar la sentencia intentaban planear algo que tuviese el mismo fin pero con otra forma de decir la palabra desterrada.

-¿Algo más que contar antes de que deliberemos?-preguntó Goriel a Rissuka un tanto cansado del murmullo de los ángeles situados a sus costados.

-He de decir que yo… no lo hice a posta yo no sabía nada…-dijo Rissuka mirando a Goriel-. No he de decir nada más.

-Marcha pues-mandó Goriel con un gesto de su mano.
Rissuka se envolvió en sus alas y desapareció de aquella sala de reuniones rápidamente, no soportaría estar allí ni un segundo más. Se sentía pequeña, indefensa, sola y demasiado asustada como para pensar algo que decir en su defensa mientras seis pares de ojos enfadados se clavaban sobre sus alas.

Goriel miró como desaparecía y de nuevo comenzó el murmullo sobre lo que deberían hacer con Rissuka.

-¡Desterrarla!-dijo Sinnur, el mismo que no paraba de insultar a los retráctiles mientras Rissuka estaba en la sala de pie.


Ante el comentario de Sinnur muchos asintieron y le dieron la razón. Como había deducido Goriel querían quitársela de en medio, y parecía que cuanto antes mejor.